domingo, 2 de junio de 2019

Nunca me pediste que te toque el piano

Como el llanto desconsolado de un infante que suplica a su madre por amor.
Como la cucaracha agonizante que moviendo sus patas a ritmos incalculados, pide por favor a su futuro asesino que deje de rociarla con veneno.
Como la tostada quemada que, ya lejos de estar aún más negra, necesita que la saquen del fuego para que no se desintegre.

--------------------------------------------------------------  o  --------------------------------------------------------

Los pensamientos danzan con fuerza y vigor. Me hacen retorcer. Disfrutan de verme así. Me llevan de allá para acá. Recuerdan, visibilizan, gozan de enrostrarme.

No hay paz.


No se encuentra, no se explica.

¿Por qué?

No hay mucha más vuelta que darle.

¿Por qué la paranoia se hace más y más grande?

---------------------------------------------------------------  o  -------------------------------------------------------

Y la peor parte es que soy siempre yo quien debe entender al otro. "Aguantá. Resistí. No te ponés en mi lugar. Es muy difícil ser yo. Me cuesta estar bien".

¿Pero quién me entiende? ¿Y si yo no estoy bien? ¿Y si me cuesta escuchar que "no sabés lo que te pasa"?

---------------------------------------------------------------  o  -------------------------------------------------------

He de acostumbrarme a que quien aparezca, tenga cosas que yo nunca pueda llegar a entender. Que me hagan ir hacia la cloaca de mi cerebro. Que la parte más pútrida se haga notar una y otra vez. ¿Quién sería yo, si estos elementos no estuvieran presentes?

"No sé qué me pasa".

"No tengo una respuesta".

"No sé qué decirte".

"A veces quisiera no ver a nadie por una semana".

"Me ponés en la situación de darte una respuesta".

                                                                 ¿Qué sigue?

"No te merecés esto"
"No deberías aguantarme"
"Lo estuve pensando y me di cuenta de que necesito darme cuenta de lo que quiero"
"Si no puedo estar bien conmigo, tampoco puedo estarlo para otro"
"Necesito pensar"
"Necesito irme"
"Necesito dejarte"

"Ya no te necesito para ser feliz".




Me duele.




domingo, 8 de octubre de 2017

"¿Y si hay un factor que se repite?"

Me quedo con esto. Ahora, de pura casualidad, es al mismo tiempo que me ocurrió en la vez anterior. ¿Será que los 4 meses representan una dificultad que indiscutiblemente llega? 

Pasa que es tan poco tiempo, que resulta ridículo pensarlo...

Pero en esta ocasión, fue muchísimo, dentro de un lapso súper corto.

La cantidad de cosas que vivi durante estos casi 4 meses, son incontables, indescriptibles, increíbles.

Conocí realmente lo que es amar, cuando creí antes haberlo hecho. Viví momentos hermosos. Encontré a un compañero. 


Me reí.
 Lloré.
      Conocí.
           Exploré. 
               Descubrí.


Hay, de hecho, muchas cosas que entendí. Entendí a vivenciar los hechos de una forma muy distinta a la anterior. Comprendí que hay cosas que son más simples. Sentí el calor de unos brazos contenedores que me hicieron sentir "no hay nada más en este momento, que esto".

Si bien hay cosas que no van a cambiar en la propia escencia, sí hay muchas que van a mutar (para bien, o para mal). Y puedo decir orgulloso que unas cuantas fueron para mejor.

Pero casi como si tuvieramos a alguien frente a nosotros que se dedica a aparecer varias veces al año, sólo para apretarnos la garganta y hacernos sentir esa insoportable angustia o desazón, me vuelvo a encontrar ahí mismo.



¿Ahí mismo? No, no sé si es igual. Este año es diferente. Acá hay muchas cosas comprendidas que antes la cabeza no era capaz de suavizar. 

Pero, carajo, qué difícil es. Qué jodido es pasarla bien por mucho tiempo ininterrumpido, y dejar de pretender cosas de parte del otro que probablemente no lleguen. 

Ese es, entiendo, uno de los más grandes inconvenientes que tenemos los seres humanos; pretender. No todos somos iguales, no todos accionan de la misma forma. Pero aún así, esperamos que se nos sorprenda, se nos responda, se nos ame como nosotros haríamos.


¿CUÁL ES LA PUTA SOLUCIÓN?


domingo, 20 de noviembre de 2016

Es muy complicado seguir entregándose, después de tanto tiempo haciéndolo sin una retribución o respuesta. Sobretodo cuando realmente se necesita de la otra persona, y ésta apenas lo percibe.

Y es en momentos así, en los que uno se da cuenta de que sus pensamientos catárticos anteriores, eran burdos, simples, carentes de una real importancia...

¡Qué fastidio! Siempre termina desembocando de la misma forma; tenemos una idea, la damos vuelta miles y miles de veces en nuestras mentes, las sufrimos, las lloramos, y tiempo después... Nos resultan absurdas, ya que algo más importante (o al menos, más doloroso) se materializa. Y es ahí cuando nos preguntamos... ¿A qué asuntos debemos prestarles verdadera atención? ¿Será que éste de ahora es el definitivo? ¿El número 1? ¿El que más lastime?



A lo largo de los años, he pensado largo y tendido sobre cientos y cientos de cuestiones, tanto buenas como malas, aunque podría admitir cabizbajo que la mayoría fueron cosas que me hacían atravesar noches de una soledad comparada únicamente con la que se lograría en una isla desierta a las 2 de la mañana. La realidad es que una misma pregunta se sigue repitiendo, no importa cuánto tiempo pase:

¿Cuándo va a terminar?

Claro que siempre habrá una respuesta variante, ya que los temas son siempre distintos.

En este caso, la respuesta aún no fue encontrada. Y el dolor actual es el de una persona que no se siente correspondida. Alguien que dio (o creyó dar) muchas cosas por el otro, las cuales fueron recibidas con un atroz silencio, casi como si fuera algo rutinario de recibir; ayuda, comprensión y sobretodo una oreja que escuche los temas que aquejan. 

Me duele la garganta. La mejor descripción que encuentro, es la de unas manos apretándola fuertemente desde dentro, sin dejar que pase el aire. Cada vez que me quiero acordar, tengo el ceño fruncido, hacia arriba, denotando tristeza. Esto es decepción. Es preguntarse si, después de tanto tiempo brindado, regalado, compartido, el problema fue uno, y no el otro... Porque a fin de cuentas, fueron varias las decepciones. Es justamente ahí cuando uno se pregunta... ¿y si en realidad el problema es mio? ¿Y si en vez de mala suerte, hay algún accionar que no sea el correcto? 


¿Y si hay un patrón que se repite?

domingo, 23 de octubre de 2016

miércoles, 5 de octubre de 2016

Basta de persecución interna.



Basta de pensar.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

miércoles, 21 de septiembre de 2016

No entendemos que lo que hay que hacer, es dejar de entenderlo todo. Pensar, escabullir hasta los más putrefactos y mohosos tramos dentro de la cabeza, dilucidar toda cuestión que se presenta y genera.

Muchas veces, es eso lo que genera el inconveniente. Problemas que no existían, ahora sí lo hacen, debido a ese bucle contínuo de marañas generadas por nosotros mismos.

No es tan difícil, che. Realmente no lo es. No puede ser que proyectemos tanto cosas que nunca van a pasar. O por lo menos no en este momento. ¿Es necesario, de todos modos? Porque ni siquiera. Sólo genera malestar. Si me dijeran que aporta, y bueno... Dejémonos llevar, saltemos y que el viento nos lleve. Pero en este, y creo que en cualquier caso, deja de tener relevancia.

Si fueramos más conscientes de que el propio daño sale desde adentro de nuestra cabeza, sería todo más fácil. Aunque en realidad, quizás sí lo somos. Quizás lo entendemos. Pero el gran debate interno es:

¿Por qué le das tanta importancia?

¿Por qué no te relajás y ya?

¿Por qué no acallás?


miércoles, 7 de septiembre de 2016

A veces, dar un simple abrazo inesperado puede deshacer esa angustia contenida.

Si ya nos lo dieron a nosotros ciando lo necesitabamos...

Resultado de imagen

¿Por qué no abrazarlos a ellos en silencio, en un momento de una visible y clara necesidad?

domingo, 21 de agosto de 2016

Hay cosas que uno simplemente no sabe manejar. O que cree que podría, pero cuando llega el momento justo de demostrarlo, arruina todo. Lo echa a perder. 

Y el problema radica en cuando tenemos tantas ganas de conseguirlo, que en el momento culmine, cuando creemos que lo tenemos, que llegamos, que le estamos dando la mano, un paredón de 7 metros de alto nos golpea de lleno en la frente. 

Es tal la frustración que aparece en ese momento, que casi que no queremos buscar más. Nos agotamos. Pensamos que todo lo que hicimos fue completamente inservible, y que no tuvo sentido alguno. 

Eso desmotiva.

Y mucho.

¡Basta, viejo! 

¿Qué se supone que debe hacer uno para abrazar a su ideal alcanzado, y no sólo acariciarlo desde lejos, con la esperanza de algún día tenerlo?

Y no me vengan con que las cosas no llegan solas... Porque yo busqué. 

Pero no llega, hace rato.

jueves, 7 de julio de 2016



¿Es una ilusión?
¿O es que realmente..?

Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.
Posición fetal, make it loud.


¿Y si en realidad fue siempre una pantomima?


Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.
Scream as loud as you can.

lunes, 2 de mayo de 2016




"Es como si ahora todos los lugares fueran un boliche"



Aceptaciones?

O tolerancia progresiva?

lunes, 7 de marzo de 2016


Hay algo que la gente -o al menos, la mayoría- aún no comprende. 
Muchas veces, creemos que el amor o demostración de afecto, es el exhibido en una red social. Hipócritamente. Como si de nuestra vida dependiera que toda la world wide web se entere de nuestros sentimientos, y pensamientos por alguien. Es real, ridículo, y triste. Y todos caímos en algún momento de nuestras vidas, por más que hayamos incursionado sólo en una dedicatoria post mortem a modo de descargo. Caímos, queramos verlo o no. 
El gran inconveniente, es que no llegamos a racionalizar lo mucho que se necesita que esto sea trasladado al mundo tangible, concreto, no abstracto. Sí, todo avanzó. Sí, se perdieron las cartas escritas en puño y letra con tanta dedicación, siendo reemplazadas por una foto virtual acompañada de una -muchas veces- extensa dedicatoria, como si cuanto más largo fuera lo que escribieramos, más validez tuviera. ¿Qué carajo nos pasa? ¿A quién le tenemos que demostrar cuanto queremos a alguien, más que a la persona concreta a la que se lo queremos decir? ¿Tan necesitados de aprobación estamos?
Si no se llega a un acuerdo tácito en donde todos y cada uno de nosotros dejemos de plasmar nuestra vida en un diario imaginario a la vista de todo el mundo (lo cual está sucediendo desde hace una década o más, con el inicio del Fotolog), la destrucción es inevitable. 

Inequívocamente necesitamos detenerlo.

¡Oh, pero qué novedad, y cuánta coherencia! ¡Este chico hace su descarga en un blog donde todos puedan leerlo! 

¡Q picardía!

Lo lamentable de esto, es que no lo hago para recibir aprobación. Sino para, de algún modo, despertar en la gente indicada, el síntoma indicado. Moverlos, causarles ruido. Intentar (en vano o no), que alguien entienda y se de cuenta de lo que hablo.

Resaltar las mejores cosas que nos pasan solamente de manera pública, para que todos nuestros ojos sean testigos, no es salud. Tampoco lo es compartir fotos de un pobre bebé con un forúnculo en su oreja. 

A lo que me refiero, básicamente, es a hacer las cosas en su punto justo. Sería estúpido pretender que todos apaguemos nuestros dispositivos, y nos olvidemos para siempre de lo que alguna vez, fue una especie de refugio del mundo exterior. 

Es pretendido, y esperable, que las cosas buenas, TAMBIÉN se remarquen en cara. Aprendamos un poco, viejo. Me cansa escuchar únicamente defectos y semblanzas negativas sobre una persona encontrándome en un ámbito tan habitual y cotidiano como lo es el trabajo, el hogar, o una facultad. 

¿Saben hace cuanto que no escucho que alguien diga "estoy orgulloso/a", de manera honesta, FUERA de una red social? Creo que no lo recuerdo. Todo siempre "está mal", "así no", uno "no es ejemplo" de las cosas... 

En fin. Muchas veces, y acá lo extrapolo a mi propia experiencia, sólo se me resalta lo malo, lo insuficiente, lo no adecuado o lo que "se supone que debería hacer/decir/pensar". Son situaciones que agotan. 

Porque no se terminan teniendo en cuenta muchas otras.



Resumen para el lector vago y/o escaso de tiempo:

  • Cuando querés demostrar a alguien que lo querés: ¡Vamos a Facebook! No, pero mejor comparto la foto en Instagram, Twitter, Snapchat, Pinterest, MySpace, Fotolog, Culolog, Pedogram. *Dedicatoria de 70 páginas, con 56 Manitos arriba*
A esperar las notificaciones...

  • Cuando hacés las cosas como se esperaba: "¡Bien! Me alegro."
Fin del destaque. No más mimo.

  • Cuando hacés las cosas mal: "Yo no puedo creerlo. ¿En serio pensás así? Hay tantos chicos que hacen las cosas desinteresadamente... La otra vez hablé con una madre que me contaba que su hijo iba y venia 68 kilómetros sólo para buscarle la cartera que se había olvidado en la casa de su tía abuela, y de paso le hizo las compras sin que tuviera que decir nada. ¿A vos te parece? ¿No creés que tendría que salir de vos hacer las cosas sin que nadie te diga nada? Porque cuando yo tenía..."
El desquite sigue. 

Y sigue.

Y sigue...

  • Cuando alguien fallece: "¡Ay, pero era tan bueno! ¡Tan querido! Muy atento, siempre se fijaba, estaba presente, rodeado de gente que lo apoyaba en todo, porque se lo ganó, y..."
Los errores de nuestra vida mágicamente desaparecen, pasan a segundo plano, para destacar que fuimos próceres de una incansable batalla. Y todo eso... 


¿En dónde lo plasmamos?





martes, 12 de enero de 2016







¡GRACIAS!

lunes, 7 de septiembre de 2015

Showing feelings...


Showing feelings of an almost human nature.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Buscás no exponerte, pero al mismo tiempo luchás con desesperación por emitir vibraciones hacia un aparato que logra llevar tu mensaje a una infinidad de personas.

No es lo mismo...

Cuando hablamos de exposición, podemos hacerlo desde dos puntos completamente distintos.

En primera instancia, está la que uno presta para contar, informar, divertir, sin llegar a quitarse la ropa.

Por otro lado, está la que te hace desnudar. La que hace que tengas dudas, interrogantes, y ciertas inseguridades latentes luego de años.



A nadie le gusta llegar a la segunda... Al menos, no con todo ser. Porque uno (se supone) elige a seres entrañables para que lo vean así.

El tema es... ¿Qué pasa cuando uno se siente expuesto y vulnerable sin explicarse?


domingo, 9 de agosto de 2015

Nunca voy a comprender lo que la mente busca. Bah, qué iluso... nadie va a comprenderlo jamás. Puede que uno se acerque, que crea que tenía una mínima respuesta, pero es prácticamente imposible encontrar una totalidad; una utopía cerebral, en donde todo se conecta, y por medio de una revelación inimaginable, llegamos.
Permanentemente nos ponemos paredes de duro concreto delante nuestro.
Triste: somos nosotros.
Aunque los factores externos se materializan como serpenteantes gotas que, en muchos casos, usamos para la idiota justificación.



¡Pero comprendamos que son una ridícula minoría!


¿Qué se supone qué busco?

Encontrarte.


¿Qué se supone que haga?

Quedarme.

¿Cómo suelo proceder al llegar?

 "Resuelva X, siendo que esta resulte en una respuesta definitiva"  



La parte jocosa del asunto, es que únicamente sucede cuando a la unión se refiere. No metas, no objetivos, no sueños (por suerte, puedo afirmar).

Pero no puede mantenerse así, ya no.





sábado, 21 de marzo de 2015

No sentir determinadas cosas.


jueves, 12 de marzo de 2015

Puedo afirmar que esto es algo "relativamente" nuevo. Algo que salió de los tipicos estándares de problema en el blog.

O quizás...

Quizás es algo que indefectiblemente sucedería, y se fue gestando con el pasar de los soles ascendiendo para luego esconderse, de manera efectiva y sutil. Sí.

Me es imposible encontrar un punto medio. La realidad es que, de una manera u otra, siempre tuve la posibilidad de ubicarlos, lo admitiera en su momento o no. Pero en este momento, no tengo ningún refugio.
Me encuentro completamente a la deriva, sólo, sin ningún tipo de apoyo, más allá de los logros personales que uno se auto-impone a lo largo de la vida.
No siento manos contenedoras de quien espero, no recibo ese simple, delicado, y efectivo abrazo que tanto necesito, de quien lo necesito. No obtengo una palabra de aliento, una motivación, un "estás haciendo las cosas bien, seguí así."
Honestamente, siento que tengo techo y listo. Sólo eso. Y no me pregunten a dónde está lo que deberían encerrar esas cuatro paredes, porque es casi como si no estuviera. O mejor dicho, ya casi no queda.
Si bien uno debe -por las buenas, o por las malas- comprender que los problemas abarcan a cada ser humano habido y por haber, hay algo que está fallando acá adentro. Es tanta la inestabilidad emocional en cada uno de los implicados, que todo se torna aún más difícil de lo que sería admitido como normal a esta altura de la vida. La única preocupación, quizás, y SÓLO quizás, debería ser algún eventual problema, tal vez grande, tal vez chico... Pero esporádico. No recurrente. No es necesaria una golpiza permanente.
Y al soltar estas palabras con un espantoso nudo atravesando mi garganta, me siento también egoísta. Pero egoísta sin razón.
En situaciones así, intento (y más últimamente) ser alguien útil, alguien que aporte, no sólo un inquilino que pasa para comer y después nos vimos. Y juro por Dios, que en cada intento, no hay más que reproches, caras, contestaciones, agresión. Lo cual causa mi propio motor de agresividad. Me angustio, me encierro en mi cabeza, no quiero salir de ahí.
Muchas veces uno olvida ciertos papeles que cumple -o cumplió- a lo largo y a lo ancho. Y, aunque tenga mis claros y reprochables errores, sé también (teniendo plena confianza en aquello) que mi papel se cumple. Quizás no a la perfección, como es evidente. No soy "un enviado del señor". Pero sé que lo intento; cuando veo tristeza, un chocolate puede que cure tu mal estar... Pero veo que no. Cuando vuelvo eufórico, con ganas de vomitar información, de bañarte en utopías y felicidad, no hay espacio para que lo cuente. Cuando hago preguntas desde la ingenuidad de no conocer, capaz no hay tiempo para eso. Capaz se me recrimine el "por qué no hacés esto, deberías ser más ideal..." (estas últimas palabras ¿ficticias? para poner en contexto al lector), en vez de una palmada que me invite a continuar.
Entiendo, a su vez, que hay cosas que debo hacer por mi mismo sin esperar respuesta... Pero te comento; tengo 19, no 25.

No sé ni a donde pretendo llegar con estas líneas. Cada cual está completamente ensimismado en su malestar, y sus problemas. No tengo porque llorarle a nadie los míos. Pero, infortunadamente, hay días en los que uno necesita que las córneas rebalsen.

Básicamente, siento que no tengo ningún tipo de margen de error. Tengo que mantenerme de pie, es imposible resbalar, no hay manera de ello. O tal vez sí... Pero no debería esperar volver a un lecho en donde mis problemas se olviden. Porque tanto dentro, como fuera, existen mis actuales conflictos. Y es por eso que afirmo no tener un lugar donde escapar. No lo tengo, es así. Aunque puede que ese escape se afirme sólidamente en ciertas personas que no están ni dentro ni fuera, sino en lechos diferentes. Pero no en lugares, ni en situaciones, como en un pasado. No en quienes acostumbré de por vida.

¿Será que esto me tenía que pasar? No lo sé. Pero me duele. Y mucho.

Sin ningún tipo de complicación literaria, lingüística, ni mental, te cuento:

Estoy muy triste. Y no me puedo apoyar en quien creía que sí.

Juro que intenté guardarme la mierda para no generar más conflicto ni preocupación, por Dios que sí. Pero ya no puedo más.



martes, 20 de enero de 2015

domingo, 11 de enero de 2015

Pero la realidad es que son tantas las cosas que pasan en el medio, que a esta altura ni siquiera me dan ganas de sentarme a escribir.

Estoy agotado. Mental, y físicamente. Estoy enojado. Mental, y físicamente.

¿Es posible que no pueda haber un puto momento de tranquilidad en que diga "ahora está todo bien"?

Estoy demasiado cansado. No quiero luchar más contra los fantasmas internos que recorren mi cabeza con perseverancia, buscando molestarme.

Ni siquiera tengo ganas de buscar metáforas para ilustrar mejor el texto, haciéndolo más rico.

- (menos) motivación.

- (menos) ganas.

- (menos) todo.

No encuentro un puto rumbo. Estoy en plena deriva.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Por qué carajo tiende todo a ser tan injusto siempre?
Por qué la impotencia reina por sobre las cuestiones de todos los días?
Por qué tienen que aparecer motivos para empeorar las cosas?
Por qué un factor externo tiene que dividir tanto?



Ya no sé en quién apoyarme.
(Hush now baby, baby, dont you cry)

martes, 2 de diciembre de 2014

Sentir la mano soltarse.
Sentir soledad.
Sentir insuficiencia.
Sentir error.
Sentirse equivocación.
Sentir ese nudo.
Sentir que, aunque te digan otra cosa, en realidad sienten otra.

Sentir.
Sentir.
Sentir.





-----------------------------------------------

--------------------------------------------
------------------------------------------
-----------------------------------------
-------------------------------------
---------------------------------
-------------------------------
-----------------------------
----------------------------
---------------------------
-------------------------
----------------------
-------------------
----------------
--------------
----------
------
-----
---
--
-

Fallar en el intento.



Fallar.
Fallar.
Fallar.


No entender.


Desesperar.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Buenos días, mi nombre es Tomás, del sector de incertidumbre recurrente. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?


Hola, Tomás.

Mi pregunta es: ¿En qué momento uno se hace un "replanteo final", el cual no tendrá secuelas?


Calculo que es algo tonto pretender que suceda, y más cuando recién estás empezando. Siempre aparecerán nuevos recursos, nuevos momentos, nuevas quejas, nuevo(s) todo.
La realidad es que, ciertamente, busco un momento en el que todo se mantenga más o menos estable.

¡JA!

Vas a ver como dentro de dos años, te vas a volver a replantear lo mismo. Y vas a caer nuevamente en ese pozo del resentido "los problemas son ahora, antes eran estupideces".

Seguimos un esquema básico en el que nos levantamos con los ojos hinchados, mil voces insultan dentro nuestro por no poder estar haciendo lo que en realidad querríamos, dándonos cientos de argumentos por los cuales no deberíamos continuar mientras, de manera lamentable, seguimos caminando hacia el baño, ignorando toda advertencia o queja por parte nuestra. 
Nos replanteamos muchísimas cosas, puteamos, preguntamos POR QUÉ, cuando en realidad conocemos el motivo a la perfección, casi como si fuera un cuento que nos contaron de chiquitos y que, inconscientemente, nos fuimos aprendiendo mientras crecíamos. 
Lo que es una incógnita, es el momento en el que algo te hace ruido. Algo te mueve, te motiva, te despierta con otras ganas. Algo que logra que te levantes de la cama con taquicardia y euforia, pensando en esas frases cliché publicadas en Facebook por todo el mundo (que nadie pone en práctica jamás).
Uno se pregunta;

 ¿eso lo consigo,
 o simplemente aparece 
y ya?

Me gustaría mucho saber en qué momento es que saltamos. Porque a mi me agarró un poco desprevenido, y ahora que quiero acordarme, ya salté hace tiempo. 
Se siente raro... Es como estar en el aire, pero con los pies sobre la tierra.


lunes, 6 de octubre de 2014

Momentos en los que sentís esa ausencia de palabras... Ese hombro que te apo(yó), ahora se encuentra pensando más en sí mismo...

Cuidar lo propio, no implica descuidar lo demás.

Qué feo es recurrir a estas cosas, ¿no?


¡Baldazo de agua fría! 
¡Hay gente que necesita de tu oído y comprensión también!

martes, 2 de septiembre de 2014

viernes, 8 de agosto de 2014




Uno,
Dos,
Tres.


El anillo se tensa

miércoles, 23 de julio de 2014




...Apunto

...de

...romper

miércoles, 16 de julio de 2014

domingo, 25 de mayo de 2014

Y así fue...


...cómo el horizonte comenzó a verse.

25/05/03
-
25/05/14


11 años desde la coincidencia escrita,
15 años de amistad,
1 hermandad que es imposible de quebrar.


Gracias

domingo, 18 de mayo de 2014

A veces, uno cree que dejará de tener la pronta necesidad de volver a utilizar el blog como medio de descarga emocional negativa. Pero nuestras acciones, lo que nos rodea, lo que nos implora un mínimo error, nos hace volver a caer. Y un momento en el que los pensamientos transitan la cabeza, como en una autopista montaña-rusezca, hace que todo sea aún más complejo.
La acumulación de problemas (reales) es algo que, aparentemente, no conocía hasta este momento. Uno siempre piensa que a él le sucede lo peor del universo, que nada puede compararse a su desgracia, cual Medea de Eurípides, pero no siempre es así. Y quizá lo ves cuando llegaste un punto en el que los VERDADEROS problemas llegaron para quedarse, al menos, por un tiempo.
Es muy dificil enfrentarse a una vida en la que, por un lado, tengo cosas que me hacen llenar de regocijo y alegría, y por el otro la oscuridad craneana se torna insoportable. ¿Cómo se supone que uno realice dicho equilibrio entre ambas partes? Una siempre va a pesar más.

sábado, 17 de mayo de 2014

Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear Catarsear 


viernes, 28 de febrero de 2014

A veces, se llega a cierto punto luego de una determinada insistencia propia por intentar que todo esté bien con determinadas personas o ámbitos. Es ese punto en el que te terminás chocándote con una pared de impotencia, tan fuerte que lo sentis como una cachetada ejecutada por la persona a quien vos creíste conocer en un pasado.
El cambio (seria retrógrado decir lo contrario), es inevitable. Eso no puedo negarlo. 
El problema recae en las calumnias, el ser distinto a las ideologías que tanto habían marcado tu vida anteriormente.
Estoy entrando en una etapa de mi vida en el que ya no pretendo seguir soportando cosas que van a seguir siendo iguales. Si algo comienza a molestarme, es difícil tenerle paciencia (en cuanto a este tema).
La desdicha de la indiferencia es la que me duele ejercer, pero por como viene la mano, creo que debería empezar...

domingo, 22 de diciembre de 2013


Hoy puedo decir convencido:


El esfuerzo tiene, tuvo, y tendrá recompensa.

lunes, 16 de diciembre de 2013

domingo, 8 de diciembre de 2013

Palabras que hacen bien

lunes, 2 de diciembre de 2013

viernes, 29 de noviembre de 2013

Aprendí, y entendí, que cuando uno espera que se le de lo mismo que uno entrega, sufre como un imbécil. Que no siempre existe esa reciprocidad que uno desearía.
Pero duele mucho más cuando la persona es (¿)cercana(?). El tiempo pasa, y uno comprende mucho más todo. Uno entiende quién está y quién no. El problema está en ese momento de transición en el que te das cuenta de quién es realmente fiel a tu persona.
Conmigo, el "dame" sólo no existe. No pido grandes entregas, no pido grandes sacrificios. Uno siempre va a esperar una mínima pregunta, un mínimo interés, un MÍSERO "cómo estás". Pero ni siquiera.
¿Cuántas veces hace falta que una persona se choque contra una pared para darse cuenta de las cosas? ¿Es necesario llegar a puntos extremos en los que ya es demasiado tarde? ¿Tan difícil es pensar un poco más, y hacer un esfuerzo?

La indiferencia es un arma peligrosa.


No sé que hacer.


Qué manera de tener poco interés en mí.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Es posible que uno termine agotado después de tantos años de escucha? Es posible que, cuanto más tiempo pasa, las (malas) conclusiones sobre eso aumenten?

domingo, 24 de noviembre de 2013

Si hay algo que me afecta a sobremanera, es el estar mal con alguien, sea quien sea. Y si es alguien muy cercano, peor aún. Es increíble, porque en cuanto siento que las cosas no marchan del todo bien con alguna persona aunque sea un poquito, me angustio, me desafío eliminar ese malestar instantáneamente.
En este blog, muchas veces (o quizá solo algunas), usé como foco de atención la frase "todos buscamos instantaneidad en las cosas". ¿Por qué no podemos permitirle tiempo al tiempo? Todo es ya, ahora, en este preciso instante. Y no siempre debe ser así.
Muchas veces, el transcurrir del tiempo es una gran cura, aunque no queramos admitirlo. Muchos lo odiamos, y pensamos que la espera es una larga línea de puntos que se extiende hasta el infinito, torturándonos a nosotros mismos en las noches de luna llena. Debemos entender de una puta vez que no todo es tan malo como lo craneamos. La paranoia, el pensar desconsolado, la taquicardia. Saquemos eso de nuestras vidas. Digo, ¿para qué lo queremos?




¿Por qué elegimos tantas veces lo más difícil, cuando la respuesta mas pura y sencilla está frente a nosotros?

Escribir donde no puedas verlo es la única solución

viernes, 15 de noviembre de 2013

Diario de un observador; momento 1.

El humo del cigarrillo baña rápida y ansiosamente la tela de su chaqueta. El sombrero que lleva puesto mira hacia arriba, expectante. La calle se alarga, profunda, interminable. El reflejo de la luna, palpable en las lozas, decreta al fin un chop suey de sentimientos encontrados. El tiempo pasa, incansable, firme. Su corazón, fiel luchador, continúa bombeando; nada se detiene, ni por nosotros, ni por aquellos. Así como tampoco lo hacen las conexiones neuronales que terminan por materializarse en ideas enterradas en lo más profundo. Promete no sacarlas a la luz pero... Sí, definitivamente es el reloj. Él se lo indica sutilmente.Se decide, finalmente, por tomar un anotador.
Podrían ser muchos los temas tratados, demasiados a decir verdad. Lista de tópicos infinitos. La ocasión amerita a que desvíe intencionalmente hacia otro, que en los últimos tiempos se está haciendo más latente.


  • Cada vez más desprecio le inspira la máscara.
  • Cada vez más muecas le salen al ver lo que entiende como socialmente aceptado.
  • Cada vez es más consciente del paso del tiempo.
  •  Cada vez conoce más las maneras de sentir goce.



 Pero también, cada vez entiende más cosas.

Se sienta en un bar. Observa, como sólo el sabe hacerlo. Es un dedicado, ¿qué esperaban?
Da otra pitada.
Apaga el cigarro con su zapato izquierdo.

Un comentario paupérrimo llega a sus oídos, estremeciéndolo, y recordandole la razón por la que está haciendo esto.

Saca una pequeña lapicera negra, dispuesto a comenzar. Pero es allí cuando el vómito aparece y la mano no le permite seguir la cantidad de ideas.

Guarda el anotador, esperando el momento adecuado.

Hasta entonces, los papeles quedarán a la espera. Y cuando llegue aquel tiempo...



Todo será (¿mejor?)

sábado, 28 de septiembre de 2013

Es en estos momentos que empiezo a comprender el poder de las palabras "querer es poder". Un poder incalculable que se traduce en hechos concretos. Un poder con la increíble capacidad de convertir a la nada misma, en una utopía de la perfección.
Todo comienza con los gustos. ¿Qué te atrae, qué te mueve el piso? Es eso lo que después converge hacia una ruta en la que una vez que entrás, ya está, no salís. Bah, si es que realmente querés... Y ahí está el secreto. Desearlo con desesperación, que se encarne hasta en la más mínima porción de tu ser. Que tus ansias, iniciativa, y todo lo que está dentro del paquete optimismo desemboque ahí.
Una vez que notaste qué es lo que hace a tu vida un poquito mejor, encaminá por ese lado. Haceme caso... Así se encuentran las grandes cosas. Vas a darte cuenta de que a medida que el tiempo pase y pase, te va a gustar cada vez más, al punto extremo de convertirse en una pasión. Cada vez que tengas que repetirlo vas a sentir algo indescriptible, una sensación de adrenalina y euforia que no vas a encontrar - jamás - en ningún otra cosa. Comenzás a darte cuenta de que eso es lo que querés hacer con tu vida. Por momentos, vas a tener algún que otro instante de inseguridad (¿es esto lo que quiero de verdad?), pero son fugaces. Si ponés ese *nosequé*, se pasa.
Salís de la secundaria, convencidísimo de querer estudiar eso hasta el final. Te das cuenta de que, en la carrera que elegís, no sirve únicamente estudiar y esperar sentado a que alguien te llame.

Hay que moverse.


Corré. Elegí. Sentí.


Y después, disfrutá.

Lo bueno está llegando...

Ya llega...

Ya llegó.

martes, 24 de septiembre de 2013

viernes, 23 de agosto de 2013

Viste cuando no tenés ganas, y te presionan? 




Bueno, exaccccccctamente así.

jueves, 15 de agosto de 2013

Necesito una coraza, un búnker, un lugar donde refugiarme por los próximos días (¿semanas, meses?). Momento de intranquilidad mental. Los cambios ya están hechos, los dados se tiraron, la jugada ya ejecutada. Momento de transición incomoda, indeseada, innecesaria en cierto punto. ¿Será que lo que me acongoja es el posponer mi descarga de agua?


Descarga hecha. Quizá sienta un alivio. Pero es mínimo.



Siento todas las cosas tal lejanas a mi... Me siento ajeno, en el aire, sólo, independiente, siento que vuelo... A cualquiera le agradaría. A mi me da miedo. Un miedo indescriptible. Miedo a dejarme, miedo a ser. Miedo a manejarme y no que me manejen. Suena ilógico, ¿no? Así es. Pero en mi mundo fue siempre así. Los hombros se tensan, la cabeza procesa a una incalculable velocidad. ¿Dónde esta ese refugio tan hermoso en el que antes me encontraba? Lo necesito un poco más, tan sólo un tiempito.
En muchas ocasiones, hay necesidad de una pequeña contención, y con eso basta. En muchas otras, se necesita algo grande, incesante, duradero. Que sea realmente eficaz.
Las personas van desapareciendo, se van desintegrando para transformarse en un único recuerdo del que lloramos los mejores y peores momentos... Y es justamente a quienes más necesitamos ahora. Los anhelamos, los queremos acá, así como quién dice "hubieras aprovechado en su momento". Sí, es una lástima que en el instante no seamos conscientes, sino hasta después de que todo ocurrió, finalizó, acabó, concluyó. A veces, tan sólo algunas veces, uno entiende en el medio. En la "previa", en el tan aclamado ahora. 

¡No nos culpen! 

No es fácil entenderlo hasta que llegamos ahí. Envidio a quienes tengan la capacidad de poseer ese don desde el principio. ¿Yo? Parte del mismo, aunque no todo. Lamentablemente.


Escape Artist 2008 Sam Taylor-Wood

¡Qué dificil es!

Pero se puede.


miércoles, 14 de agosto de 2013

Inconformismo. Siempre algo para decir, para resaltar. Para evitar.


¿Qué es lo que busco? Se supone que buscaba la felicidad, estar mejor, encontrar a alguien. Encontrarte.

Pero sí, así es. Lo hice de nuevo. Encontré algo de que quejarme, algo malo, algo que impide que todo se desarrolle como en realidad debería ser desde hace mucho tiempo atrás. Las oportunidades son pocas para esto, y más en mi caso. ¡No puedo desperdiciarlas así!

miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Chau comidas recibidoras? 




¿Chau "cómo te fue"? 




¿Chau mostrar interés?






Hola soledad mental,
miedos, 
temores 
y conflictos propios carentes de una mano más vieja. 

¡Desencantado de conocerte!

martes, 30 de julio de 2013

No se puede ser TAN irresponsable. Estoy yéndome al carajo. Esto recién empieza y yo ya tengo quejas. Bueno, tengo noticias para vos; los problemas van a existir siempre en casos como este! Nada va a ser ideal para ser el primero. Si buscas la utopía, primero tenés que ganartela. Dejá de ser tan imbécil y hacé algo, por favor.

jueves, 11 de julio de 2013

Los años pasaron, y allí estuve yo. Pendiente hasta del mínimo detalle, intentando aliviar esa presión, sacarte del sofoco molesto e insoportable. Fiel a tus ideales, fiel a los míos; fiel a lo que nos rodea. Sabés que yo percebero, sabés que yo escucho. Pero el "dame y listo", no me va. No digo que no hagas nada, todo lo contrario; sos retribuyente. Aunque en momentos así, siempre pasa lo mismo. Y me pudre.

domingo, 23 de junio de 2013

Y acá estoy, a punto de cumplir 18 años. Suele tener muchísimos apodos; desde "mayoría de edad" y "ya sos un señor", hasta "legalidad" o "alcohol 'till death".



Transicion
Cambios.
      Pensamientos. 
   Preguntas.



La música, y escribir. Sí. Eso es lo que me define. Y la radio.
Me considero una persona extremadamente enferma de las melodías; me relajan, me transportan. Quizá sea por eso que decidí canalizar ese amor decidiéndome a tocar el piano desde los 5 años. Sentir que yo podía ser el interprete de lo que tanto me gustaba, me hacía (y hace) sentir pleno. Manos descontroladas que ejecutan un sinfín de notas, yendo y viniendo, como si fuera lo último que van a lograr, desgarrándose en cada movimiento, sintiendo como corre por tus venas ese éxtasis que pocos conocen.  Si combinamos eso, con la escritura, creo que así puedo definirme en mi totalidad. Escribir historias, escribir novelas, escribir pensamientos. O simplemente, escribir porque sí.


Es una descarga, otro mundo.

Tomar mate + escribiendo + música = 
Mi lugar perfecto


Divagar es una cualidad que se me da con facilidad, debo admitir. Me voy. Y me voy lejos. Creemos universos paralelos, algo a lo que el mundo no esta acostumbrado. Seamos partícipes de nuestro llanto y el ajeno; sintamos a flor de piel.
Mirá arriba. Que hermosas están las estrellas, ¿no? Y pensar que las tenemos ahí para nosotros, todos los días, y las ignoramos por completo. El mayor show de luces natural, y gratuito, en el mundo. Despegá. Tené noción. Entendé que estas para otras cosas. ¿Estructuras? No gracias, paso. Aburrido mundo rutinario, siendo modificado constantemente por tu cabeza. Así sobrevivimos. Si no, ¿qué nos queda?
Somos lo que creamos. Intentamos sobrellevar la congoja, la pena, la desdicha. Creamos capas que nos protegen. Surgen los personajes (a cuántos vemos hoy en día...) Es un escudo. Sin ir más lejos, la careta del teatro. Desprendete, sé quien sos (y quien querés ser). Nada es imposible. Rompete el orto. Laburá de lo que te gusta. Estudiá lo que querés. Sé vos.

Alguna vez, alguien me dijo; "el tiempo es sabio".


Cuánta razón tenía.


sábado, 15 de junio de 2013

viernes, 31 de mayo de 2013

No parás.

Hacés.

No estancás.

Sentís esa cosa rara que se te mueve por las venas de todo el cuerpo? Sí. 


Es acción.

Es adrenalina.

Es moverse.




martes, 30 de abril de 2013

Es como una realidad alterna. En realidad, no entiendo en qué momento se llegó a todo esto. Fue cosa de los años, fue cosa del tiempo. De un tiempo que en su momento fue cruel, masivo, y hasta tortuoso. Pero he aquí su resultado, su justificación, su por qué.
Estoy convencido de que las etapas de la vida propia, pueden durar lo que uno las considere necesarias. Cuando tiempos oscuros nos aguardan, nos preparamos para la batalla, por más dura que sea. Y pensamos que no vamos a poder salir de todo eso. Escapamos, corremos, preguntamos cuál es la razón de que la desgracia caiga encima nuestro. Tenemos por seguro que es algo que se nos va de las manos, y que no podremos aguantar. Y acá estamos, sobrevivientes de la catástrofe. Se sale, siempre se sale. De no ser así, no haría esta reflexión. Si realmente deseamos que algo malo dure mucho más tiempo del deseado, con facilidad lo obtendremos. Largas noches agónicas, escuchando canciones que nos pudren por dentro hasta el hartazgo, provocandonos únicamente daño a nosotros mismos. Aunque, si en vez de eso preferimos la solución, y no salirnos de la ruta, lo logramos (a veces, luego de un incansable tiempo), pero logrado al fin.
No sé si es plenitud lo que alcancé. En cierto modo, todos (o gran parte) de los obstáculos se hicieron a un lado, dejándome el sendero liso y llano para caminar. En este momento, me encuentro en un momento de grata satisfacción, y grandes sacrificios (con todo lo que eso conlleva). Hago lo que realmente me gusta, estudio lo que realmente me gusta, y tengo un primer trabajo que, aunque cansador, promete mantenerme económicamente en cuanto a mi necesidad particular. Tengo menos tiempo libre, menos tiempo para ver a las personas que realmente quiero. Pero en cuanto todo esté medianemente sobre su eje, eso va a cambiar. Invierto mi tiempo en productividad. No me levanto todos los días a las dos de la tarde como solía hacer en un pasado no tan lejano. Trabajo de día, descanso de tarde, estudio a la noche. Simple ecuación. Dos francos semanales, que me dan un momento para reponerme del todo, y así continuar. Y cada día que pasa, me convenzo firmemente de que esta es mi carrera. La locución me genera una profunda pasión. El micrófono, imponente frente a mí, desafía mi forma de hablar y qué decir ante él.

El cartel se prende.


Estoy al aire


domingo, 14 de abril de 2013

Quién hubiera dicho que hoy día, "me da lo mismo"... Es muy loco, porque si me hubiera visto diciendo esto hace unos cuantos meses atrás, me hubiera tildado de loco a mi mismo. Pero no... En este momento, me da lo mismo. Y me preocupa.



martes, 9 de abril de 2013

Cada día me convenzo más, de que el camino que tomé es el mejor


martes, 19 de marzo de 2013

Everything seems to be fine. Please, stay that way.

jueves, 14 de marzo de 2013

Surprise, mother fucker!

Guess who's back !